Criaturas Mágicas 

Basilisco: el primer Basilisco registrado fue creado por Herpo el Loco, un hechicero, nativo de Grecia, quien después de muchos experimentos descubrió que un huevo de gallina incubado por una rana produciría una serpiente gigantesca dotada de poderes extraordinariamente peligrosos. El basilisco es una serpiente verde brillante que puede alcanzar hasta quince metros de longitud. El macho tiene un penacho rojo en la cabeza. Sus dientes son excepcionalmente venenosos y su ataque más peligroso es el brillo de sus enormes ojos amarillos. Quien los arregle directamente morirá instantáneamente. Si la comida es suficiente (el basilisco se come a todos los mamíferos, aves y la mayoría de los reptiles), la serpiente puede llegar a una edad muy avanzada. Se cree que el basilisco de Herpo el Loco vivió cerca de novecientos años. La creación de Basilisk ha sido ilegal desde la Edad Media, aunque esta práctica se disfraza fácilmente al quitar el huevo de una hiel debajo de la rana cuando aparece alguien del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. Sin embargo, dado que los basiliscos son indomables, a excepción de los hechiceros que hablan serpentina, son tan peligrosos para la mayoría de los magos como para los demás y no hay evidencia de que hayan sido vistos en Gran Bretaña durante al menos cuatrocientos años.